EN EL MAR NADA ATAR.
Y, en el mar nada atar.
Ni las olas tienen vuelta atrás,
ni las miradas esquivar.
El pensar pide volar,
y, tu ser, bien estar.
Y, en el mar nada atar,
que en el andar
hay que marchar,
para siempre soñar,
soñar y siempre confiar,
que el tiempo pide caminar,
, sin el pasado olvidar,
ni ocultar, pero sí, alejar.
Y, en el mar nunca llorar,
porque tienes las olas del mar,
olas a las que mirar,
olas con las que hablar.
Macb.
Junio 10 de 2017.
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