Quién
no se atreve a soñarte,
a subir al cielo de tus besos y tus ojos,
a crearte y creerte
más despierta y abierta
antes que
las dudas del tiempo
vuelen en la oscura luz
del silencio inerte
y no dejen pasar
los hermosos besos
de la tarde
donde en una fuente
dejaste escondida
la llave de tu brisa,
el parpadeo suspicaz
del perfume de tu penetrante mirada.
Quién olvida
que sin besos
no se escucha el aire
el abrazo
gozoso de las olas del mar.
Macb ©️.
Enero, 2020.
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