Anoche
me escribían tus ojos
mientras tu vuelo
a lo lejos se perdía.
Supe
que estabas callada,
absorta
de vivir sin sabiduría
y colgando sólo tu cuerpo
en la orilla de cada mar.
Tus ojos me llamaban
porque lo tuyo es poesía,
más que un cuerpo
que derrocha maestría
se esconda una honda
mirada del alma
que suspira humana melodía
y que trota en el tiempo
abrazado pura fantasía
en cada mirada amiga.
Tus ojos me escribieron
un cuento,
y yo no miento,
que lo tuyo no es carne
es humano sentimiento,
¡ Oh, mujer, oh, dulce miel
en alma y piel!
Macb ©️
Junio, 2,019, 7.
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