jueves, 27 de marzo de 2014

Uno mi camino a tu destino.

Junto a este erguido ciprés
de cornisa esbelta y que se mece
mansamente sobre mi alma,
allí, veo qtu luz ilumina
esta mi casa de rotos ojos,
ya quebrados para siempre,
isquémicos por defender la libertad
y la razón, ético binomio
de un humano andar.
Allí veo tu luz que ilumina
a ese mi ser y a este mi estar.
Entonces me digo, por qué
no abrazarte, por qué
no quererte y seguirte.
Uno mi camino a tu destino
y serás la lumbre de mi esencia
hasta que me llegue la muerte.

Agosto, 2013.

Miguel Ángel C. Baeza.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Ese oscuro viento de la noche

Ese oscuro viento de la noche.


No tengo celda ni rejas.
Mi libertad es mi sentimiento,
ahora roto, quebrado,
sin aliento y sin rumbo.
Quisiera levantar otro campamento..
Estrellas para mi pensamiento.
Entusiasmo para mi camino.
Aquella soledad apasionada,
que cubría la génesis
de esos mis versos,
aquella soledad apasionada,
ahora nubla mi locura.
Sin horizonte levanta el día.
Sin voz aterriza
ese oscuro viento de la noche.
Nada y nada. Nada.
Suspiro por sentir
antes que ver.
Esa sería mi luz.
Mi casa ya no tiene
ventanas por donde mirar.
Mis versos no lloran,
mis óleos no cantan.


febrero 2014.   Miguel a cbaeza.
 para abra.

casona Calderón.



En ejsta cervantina plaza
donde Calderón tiene su casona,
aquí vi un día gritar a la sabiduría,
empapada de tanto silencio
creativo y de tanto pensamiento,
que define
esos certeros instantes
de gloria compartida
y buen gozo.


marzo, 22 del 2014.
            Miguel Ángel cbaeza

 este texto quedo dicho y escrito en el libro de visitas
de hotel casona calderón.

Cuando te dejas llevar...

Cuando te dejas llevar...


Cuando le dejas al espíritu tu tiempo,
Cuando encierras con mil llaves
a ese tu egocentrismo material, que
solo busca el puro vicio placentero,
y le abres la mano
a ese espontáneo brote
que busca el misterio de lo oculto, y
la grandeza de tu propio devenir,
entonces, y sólo entonces,
ya vas buscando
la noble senda
del puro goce completo.


    Marzo, 22 del 2014.

              miguelangelcanerobaeza@gmail.com




martes, 25 de marzo de 2014

Como esa libertad del viento

Como esa libertad del viento.


La mujer es, esta y siente.
El hombre solo quiere.
Profunda esencia y alta  sensibilidad.
Cuando el apetito se sacia
ese hombre ya ni siquiera
mira, ni siquiera siente.
Como el vuelo del pájaro
que sube y baja,
que abre caminos y surca dibujos,
esa mujer atrapa en su tronío
un ardoroso fuego, que
ilumina aún mas esa
su brillantez de cuerpo y alma.

Chispas efímeras para él.
Constancia de fuego para ella.
Una muerte en la vida que sigue
es más muerte, porque
aún vivo, no sabes que ya
estas medio muerto.


Marzo 2014.
                          Miguel Ángel  Cañero Baeza.

Y con él, la política era arte.

Acaba de irse de esta vida terrenal todo un caballero de los asuntos públicos. Adolfo Suarez, el que fuera primer presidente del Gobierno de España en la actual historia democrática ha muerto. Con su marcha, todos los ojos volverán a poner el foco de atención en aquellos vitales momentos donde la grandeza y generosidad de los lideres políticos, y en especial de Suárez, sirvieron para cerrar viejas heridas de una pasada confrontación y marcar las nuevas lineas para caminar todos juntos por los senderos de la concordia y la dignidad.
Adolfo Suárez es ahora, y ya desde su muerte, todo un icono que define a la alta política. El desempeño y gestión de los asuntos públicos está en los días actuales muy desprestigiado, y mucho habrá de verdad cuando eso lo señalan las encuestas y el mismo corazón de los ciudadanos. Y es que parece que la memoria es flaca y no recuerda la inmensa grandeza de esos memorables momentos de la transición española, donde los únicos valores posibles que se ejercían eran: constancia en el trabajo bien hecho; sentido de Estado y generosidad para consensuar sobre los grandes asuntos colectivos; alto sentido de entrega a la noble tarea de la política, sin más ambición personal que la búsqueda del progreso para los ciudadanos.
En todo este contexto brilló con luz propia un sencillo político cuya ambición legitima era perseguir que todas las ideologías y creencias trazaran un marco común para que desde la discrepancia en las formas y en lo superficial, encontraran acomodo en lo que les unía.
Esa fue la fuerza que inspiró el nervio de la transición española pilotada por esa entrañable persona que fue Adolfo Suarez. Sin él, el relato de la actual democracia tal vez hubiera sido otro muy distinto